El Ruiseñor

Yo Soy el ruiseñor, el pajarillo
que, despreciando el haya y la palmera,
fabrica entre las ramas del tintillo
dulce lecho a su amante compañera.

Yo soy el ruiseñor, arpa del día,
que sueña de la noche hasta en la bruma:
la música a mi voz dio su armonía
y su sombra el crepúsculo a mi pluma.

Yo soy el ruiseñor, y luto y gala
por la pluma y a la voz al par indico:
soy de duelo abanico si abro el ala,
soy bandolín alegre si abro el pico.

Los que escuchan mis trinos seductores
no advierten si, de júbilo o congojas,
celebro el nacimiento de las flores
o lloro la caída de las hojas.

Que, símbolo mi voz de melodía,
al brotar de mi seno puede tanto,
que ya exprese el dolor, ya la alegría,
nadie logra entender si lloro o canto.

Yo soy el ruiseñor, yo soy el ave
cuya lengua parlera y argentina
del mirlo remedar el canto sabe
y la voz de la errante golondrina.

Cuando anuncio las albas matinales
se alegran a mi voz hasta los riscos,
y abandonan sus lechos los zagales
y dejan los rebaños sus apriscos.

Y al ver el sol en la mitad del cielo,
busco la sombra que el follaje presta,
y en cualquier rama descansando vuelo.
Yo mismo arrullo mi tranquila siesta.

Y cuando el sol en el ocaso arde
y está el oriente ya descolorido,
rompo a cantar el himno de la tarde
y torno en busca de mi caro nido.

Así paso la vida hora por hora
en libertad feliz, cantando a una,
amenas alboradas a la aurora
y plácidos nocturnos a la luna.

Yo soy el ruiseñor, y mientras tanto
que, en libertad feliz, las alas vibre,
en el espacio vibrará mi canto
del mismo modo que mis alas, libre.

 

Autor: Manuel Padilla Dávila, poeta puertorriqueño.

Glosario
Tintillo: Que tiene poco color
Aprisco: Lugar cercado donde se recoge el ganado por la noche para resguardarlo de la intemperie.

Feliz día, amantes de la Poesía

Pluma de poeta

Hoy, 21 de marzo, nuestra bella dama, la Poesía, se viste de gala, gracias a que la Unesco hace poco más de 17 años, a fines de 1999, proclamara una fecha como hoy el Día Mundial del Poesía. 

Desde siempre y desde entonces ella reafirma su presencia viva en todas las artes, en la filosofía y en cualquier experiencia y vicisitud humana siempre y cuando tengamos la sensibilidad necesaria para percibirla. Precisamente por ello, es que se requiere que la impronta poética llegue a la mayor cantidad de personas si es que deseamos un mundo donde la creatividad prevalezca sobre la monotonía; para que predomine el sentimiento humano (el yo lírico) en lugar de la cosificación que buscan las élites de poder; la libre expresión sea contraria a la tiranía y la opresión.

La sabiduría popular nos dice que todos tenemos algo de médicos, locos y poetas; sin embargo, el día de hoy es para que ser poeta ya no sea sinónimo de un iluso, romántico bobalicón, soñador o trasnochado bohemio. Desde luego que sí, a los que disfrutamos de  la poesía  podemos tener, cómo no, algo de esas “cualidades”, pero va muchísimo más allá.

Quien penetra el mundo poético aprende a reconocer que hay un lenguaje universal, el de las emociones y que éstas pueden ser expuestas, sugeridas o incluso veladas en los mil y un colores de las metáforas y otras figuras que la poesía sabe conceder. 

La poesía nos entrena para leer entre líneas, o como ahora decimos, a comprender los subtextos de una obra literaria… o quizá de una obra mayor: la Vida misma. También nos da alas, expande totalmente la imaginación, nos otorga recursos para comunicarnos y libera todos los diques que hay en nuestras mentes.

Veamos ahora lo que nos han dicho algunos de los grandes sobre este arte tan apasionante:

❝La historia ha probado la capacidad demoledora de la poesía y a ella me acojo sin más ni más❞. — Pablo Neruda

❝La poesía es un arma cargada de futuro❞. — Gabriel Celaya

❝La música, cuando va acompañada de una idea placentera, es poesía❞. — Edgar Allan Poe

❝Erotismo y poesía: el primero es una metáfora de la sexualidad, la segunda una erotización del lenguaje❞. — Octavio Paz

El mundo no vuelve a ser el mismo cuando le agregamos un buen poema❞. — Dylan Thomas

❝Si hubiera más políticos que supieran de poesía, y más poetas que entendieran de política, el mundo sería un lugar un poco mejor para vivir en él❞. — John Fitzgerald Kennedy

❝La poesía es algo que anda en la calle❞. — Federico García Lorca

La vaca

Edgar Humberto Álvarez

Brillante con el brillo de la vida,
de asta pequeña y de pezuña breve,
de piel con la blancura de la nieve,
y ubres como una fuente dividida,

va a una cadena de metal prendida
la res lustrosa donde el sol luz llueve
y arrastra al hombre cuyo paso mueve,
retozando de todo sorprendida.

Muge, brinca, sacude la cabeza;
la espléndida salud, que es su belleza,
muestra en el ancho lomo y cuello altivo.

Y cuando cesa de jugar, cansada,
mansa, enorme, paciente y reposada,
¡parece andando un monumento vivo!

Autor: Salvador Rueda, poeta andaluz nacido en Málaga en 1857 y fallecido en 1933.

Con las dispensas del caso, he dedicado este entrada a mis compatriotas, los damnificados del Perú que están soportando con coraje los golpes de la naturaleza, que han visto como símbolo del abrazo a la vida a Evangelina Chamorro, la sobreviviente de los «huaicos» (aluviones) que en estos momentos están asolando nuestro país.

El artista colombiano Édgar Humberto Álvarez ha sabido retratar a esta mujer junto a su vaquita, una alegoría de la esperanza y la fortaleza ante la desgracia. Mil gracias por ello.

A la medida y ritmo de tu inspiración

 

Libre - Folon (2002)

 Escribo en prosa
porque desde hace mucho tiempo
no me acompaña la melodía, rima y métrica
de su sonrisa…
Ronny Vera

  Ya hemos llegado a la conclusión que la poesía es indefinible. Se trata más bien de sentimientos y sensaciones que de pura y simple taxología. No obstante, podemos estar de acuerdo que para penetrar en su mundo sería interesante conocerla desde todas las perspectivas.

  ¿Qué es poesía? Algunos pueden caer en la tentación simplista de identificarla con el lenguaje de rimas, mientras que la prosa estaría desprovista de ellas. Y es aquí cuando la bella dama Poesía nos viene a corregir. Nos dice ella que distingamos dos cosas: contenido y forma. A esta última corresponde el verso, al que le son propios el ritmo y la rima. Un verso «técnicamente» escrito, por ejemplo, con una métrica perfecta puede carecer de ese encanto y despertar eso tan impreciso que otorga precisamente lo poético.

  Por otro lado, una frase con intención poética puede no estar escrita en verso y saborearse como verdadera poesía. Cuando Cervantes escribió en prosa:  «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astilleros, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. (…)», ¿podría alguien negar su carácter poético?

  Incluso, los grandes poetas de las culturas clásicas griega y romana desconocían la rima. Los versos de sus poemas estaban formados por «pies»; consistiendo el pie cada parte que constaba de dos o tres sílabas. ¿Y por qué se le denominaba a este conteo «pie»? Esto debido a que los rapsodas (poetas) marcaban sus tiempos rítmicos con movimientos de la mano o bien del pie justamente.

  Así, los pies de un verso se conformaban por combinaciones de sílabas extensas cortas o por breves solas y largas solas. La sílaba larga es la que ahora llamaríamos acentuada y la sílaba breve, sílaba sin acentuar.

  ¿Qué sería de la poesía actual en que ya no considera dichos ritmos ni dicha métrica, como la del clásico hexámetro griego, por ejemplo? Se concluye, entonces, que para ser un verdadero poeta no basta saber versificar.  

  Lo importante es, como dijo Platón, que  el o la poeta sucumban a ese delirio que solo las musas pueden conceder. ¿Te gustaría vivir en carne propia aquella «divina locura«?

La Poesía

La Poesía

– ¿Es arte del demonio o brujería
esto de escribir versos?, le decía,
no sé si a Campomar o a Víctor Hugo
un mozo de chirumen muy sin jugo.

– Enséñame maestro, a hacer siquiera
una oda chapucera.

– Es preciso no estar en sus cabales,
para que un hombre aspire a ser poeta;
pero en fin, es sencilla la receta:

forme usted líneas de medidas iguales,
luego en fila las junta
poniendo consonantes en la punta.

– ¿Y en el medio?
¿en el medio?
¡Ese es el cuento!
Hay que poner talento.

Autor: Ricardo Palma

Música y magia de las palabras

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú.
– Rima XXI: ¿Qué es poesía?
Gustavo Adolfo Bécquer

bella-erato

Erato, de Charles Meynier

Vivimos y nos movemos dentro de una esfera de poesía, si no me lo crees, partamos entonces al significado etimológico de la palabra poesía, que proviene del vocablo poiesis  (ποίησις) que quiere decir «cualidad de la acción de ser», que a su vez deriva del verbo que significa crear. Cuando leemos a Juan 1:1-5 se nos dice que en principio era el verbo o la palabra y que por ella todas las cosas fueron hechas, por tal la creación fue, es y seguirá siendo pura poesía.

Pero no es mi intención transitar por los campos metafísicos, sino más bien ir por aquellas inspiraciones que tuvieron los humanos al tomar contacto con las musas. Definir lo que es poesía es despojarla de su esencia, tan sutil y etérea que ni Platón ni Aristóteles lograron sino solo aproximarse a una definición válida. Platón sostenía que la poesía se identificaba con el entusiasmo en su más pura expresión, mientras que para el segundo, su discípulo, era una imitación bella de la naturaleza.

Para Platón era exigencia fundamental que el poeta estuviera poseído por el delirio que suscitaban las musas, al acercarse hacia aquel santuario seráfico de la poesía. Para el filósofo había una suerte de «divina locura» en aquellos tocados por las musas Calíope (la de la bella voz, la musa de la poesía épica); Erato (Érato o Erató ~ musa de la poesía lírica o amorosa); Polimnia (musa de la poesía sacra y heroica en la Grecia clásica) o Talía (la musa de la poesía bucólica o pastoril). Y desde luego, quién sino pudiera otorgar mayor locura que ese travieso, regordete y vendado Cupido que en Grecia fue llamado primero Eros, quien, ¡oh, casualidad! también era la deidad primigenia que encarnaba el principio de creación. Todo queda en un círculo (poético).